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LA CAMPANA DE LA IGLESIA

Publicado el , 29 de Nov de 2018

Antaño, en tiempos de guerra, la campana de la Iglesia se dejó seducir por la promesa de  virilidad de la que se jactaban los cañones.

Pienso, que en mi falta de inspiración, las cabezas y miembros de las estatuas de este parque de la ciudad me puedan ayudar para hacer poemas con ellos.

Poemas aburridos como el sueño de una piedra, y a los que también caguen las palomas.

Poemas bajo el asedio de moscas que raptaren aviones de papel.

Poemas que al asalto de la lluvia nunca se antojen nostálgicos  o necesarios.

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Sobre el autor

Bastian Molloy



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La música que ata los huesos

Porque tu sangre tibia hace gotear lenta la noche. Porque mis brazos son hambre, son fiebre cuando se amarran en vos. Porque desmenuzo el deseo hasta hacer temblar tus labios. Porque creamos una religión propia, sólo para poder jugar a Jesucristo y Poncio Pila ...

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