1663
0

Hasta que yo quiera

Publicado el , 9 de Dic de 2013
Echado bajo un mar estrellado,
he rezado a Dios y sus secuaces,
"sácame de esta estoy ajado"
y en su modus no me la hace fácil.
Le he dicho que me dé tiempo,
que aqui tengo una misión,
que bien adentro siento,
haber venido por una razón.
Agradezco aun respirar,
despertarme y bañarme de sol,
agradezco poder llorar,
y no ahogarme en la desazón,
a pesar de algunas veces,
ahogarme entre mis lagrimas,
se que el camino es donde creces,
el mundo gira, todos y todo pasa.
Entonces recuerdo algunos trucos,
de esos que me ayudan a esquivar,
las balas que me dispara el intruso,
por intruso en mi propio hogar,
que pide orden mientras ensucia,
que roba energía disimulando,
apagando luces, dejando a oscuras,
su vida, su alma también va apagando.
Entonces en mi calma exterior,
entonces en su histérica pobreza,
mi libertad es su mal mayor,
y mis palabras la cicuta que le besan.
Por batallas anda el mundo como anda,
mis guerras las libero dentro mío,
no revelo a mi atacante mis migajas,
tampoco quiero que siga vivo.
En la lucha con mis pensamientos,
tapo ollas que vomitan vapor,
para evitar esos agrios deseos,
de verle pudrirse en un rincón.
Toda mi vida he pedido nada,
me acostumbré a comer pan de hoy,
en el desayuno de mañana,
y eso habla de quien soy,
toda mi vida he sentido,
que alguien más esta presente,
pero a Dios le ama el asesino,
lo mismo que el creyente.
Y a los ateos que tienen razón,
y les sobran motivos para vivir,
los quiero ver en depresión,
sin nadie a quien acudir.
Así que me quedo con mi duda,
tan hermosa como intensa,
tan generosa como absurda,
mia, y no esta a la venta,
cada día hay menos tiempo,
eso dice tu reloj,
y aunque te importe un bledo,
igual te vas a ir al cajón.
algún día sin mañana,
comeré hoy el pan de hoy,
ese dia si reclamas,
seré sordo a tu petición.
Te lo aviso y te lo aclaro,
aunque dudes de mi voz,
no te sientas traicionado,
el que avisa, no es traidor,
serás mi cruz sobre mis hombros,
hasta el día que yo quiera,
para romano te faltan logros,
para Jesús me falta madera,
así que llena tu copa de odio,
y si gotea el vino barato,
persigna tu culpa solo,
que me habré ido hace rato.
- Para realizar comentarios debes iniciar sesión con tu cuenta de InkSide -

Este poema aún no tiene comentarios

Sobre el autor

Ignacio Iglesias

Ignacio "Nacho" es un gran escritor apasionado; no tengo resquemor en afirmarlo porque estoy convencido que lo es. Amante de la vida y del conocimiento, cultivador de los pequeños detalles y los ratos de filosofía nocturna; siempre con ganas de crecer, no para de escribir poesía, desgarrarse y afinar su pluma. En un mundo plagado de vivos racionales, un loco que no mide consecuencias, VIVE. por Ricardo Castillo Miranda



- Leer más del autor -
Domingos absurdos

Aparejan mis hilos de pescador, estas sensaciones tan profundas, como un ave que vuela al sol, como un ciervo que carga enjundia, perdiéndome en mis pensamientos, hundiéndome en mares de mal, oscuro y pensando algo siniestro, me saco las ganas de nadar, entre los cuerpos más bon ...

Recomendados