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Marcha

Publicado el , 12 de Nov de 2013
Como hombre va marchando,
por la tierra dejando un surco,
lleva tantos sentidos como va encontrando,
lleva consigo la experiencia del rumbo.
Y marcha cuando no tiene ganas,
marcha cuando tampoco tiene nada,
buscando llenarse de vida el alma,
quemando a gritos algunas llagas,
marcha en silencio y mira el cielo,
con bronca por el pasado herido,
con salud por el pasado aprendido,
con vida sin saber cuando termina.
Marcha desde que abre los ojos,
y esa duda que le carcome el mate,
la lleva consigo y con sus despojos,
banca vivo y aunque suene a alarde,
por que bien sabe que el final se acerca,
sabe que compró butacas de primera,
desde que abre los ojos va en carrera,
por eso marcha esquivando verla,
y aprende y vuelve a tropezar,
¡pero que estúpido animal!
más estúpido es el que se cree más,
el hombre ruge y sin saber gritar,
el hombre marcha sin mirar atrás.
Y se quema en su planeta,
lo llena de vida y le enseña a marchar,
se asegura que otro venga,
que aprendan lo que quiera enseñar.
Pero sobre todo lleva,
una duda que le carcome el mate,
que se duerme y no sabe como hace,
y banca vivo y hace de eso alarde,
es lo único que tiene al final del trance,
además de las butacas en primera fila,
cuando vea esa oscuridad con luz divina,
cuando sepa que el final tocó su vida,
cuando sienta que ya no puede marchar,
marchará hacia otro lugar sin saludar,
marchará por los suyos y por el,
para dejarle lugar al que viene detrás
pasando la posta con el fuego sagrado,
para vivir cantando en otro lado,
para marchar sin preguntarse más,
por que sabe que en la duda,
nos volveremos a encontrar.
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Sobre el autor

Ignacio Iglesias

Ignacio "Nacho" es un gran escritor apasionado; no tengo resquemor en afirmarlo porque estoy convencido que lo es. Amante de la vida y del conocimiento, cultivador de los pequeños detalles y los ratos de filosofía nocturna; siempre con ganas de crecer, no para de escribir poesía, desgarrarse y afinar su pluma. En un mundo plagado de vivos racionales, un loco que no mide consecuencias, VIVE. por Ricardo Castillo Miranda



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